La militancia era esto

 Acabo de llegar de Benamargosa, a donde nos hemos desplazados unos cuantos militantes de IU y el PCE para echar una mano en los trabajos de limpieza después del temporal que arrasó gran parte del pueblo.

Cuando hemos llegado esta mañana, nos hemos encontrado con la Teniente de Alcalde, que nos ha dirigido sin mucho protocolo, como debe ser en esas circunstancias, a uno de los locales anegados. Y hala, a limpiar se ha dicho.

No sabría decir el número total de la gente que ha pasado por ahí, han sido varias decenas: hombres, mujeres, niñas, mayores, del pueblo y muchísimos de fuera, hasta había un grupo de 6 alemanes, que como buenos germanos, funcionaban con precisión milimétrica.


Hemos limpiado centenares de botellas (no se si he dicho que el local era un bar), las de refrescos no, que si están limpias, no las cambian por increíble que parezca; hemos mirado con tristeza una tele de esas de ver el futbol, en la que aun se veía a mitad de la pantalla la marca del agua, y después la hemos limpiado, porque no había tiempo para lamentos; Hemos movido neveras y congeladores, y mesas, y sillas, y taburetes, y después a limpiarlas también, porque no podéis creer en que sitios más extraños se llega a meter el barro.



Hemos consolado a la hija del dueño de unos 14 años, que tenía miedo de que pasará con el seguro, porque, si no paga, el bar no puede volver a abrir. Una niña, dejadme que os cuente, que me llegaba por debajo del hombro, pero se movía de un lado a otros, cargaba cajas, dirigía a la gente mucho mejor de lo que yo podría soñar hacerlo jamás.

Y ha llegado la hora de comer. Nos habían recomendado que llevásemos bocadillos, porque los bares estaban todos, obviamente, cerrados. Pero es que no hemos podido ni sacarlos. ¿Os acordáis del grupo de alemanes? Pues una de ellas ha hecho un estofado búlgaro espectacular para los que estábamos allí, no tengo ni idea de cómo.

Después nueva tarea, limpiar una calle a la que no se le veía el suelo cuando llegamos. Agua, escoba, agua, escoba, agua. Barro, mucho barro. Más agua. De repente pasamos por la puerta de un garaje que está anegado y yo, señor de ciudad, pregunto - ¿De quién es?- Y claro, me dieron la respuesta normal -Yo que se, pero habrá que limpiarlo, ¿no?-

Tocado y hundido. Agachar la cabeza y seguir limpiando.

Agua. Escoba. Agua. Escoba.

Y conseguimos limpiar el garaje y la calle, justo a tiempo, porque empieza a caer el sol.

Despedida con abrazos a todos los que estaban allí, porque de repente, se ha creado un vínculo entre los que estábamos allí de manera desinteresada ayudando a los que lo necesitaban.

Y decidme lo que queráis, pero para eso me metí a militar hace tantos años en IU y en el PCE, para poner mis capacidades y fuerzas al servicio de las que lo necesitan, porque, como decía Giorgo Gaber, solo se puede ser auténticamente feliz si todo el mundo es feliz.

Aun queda muchísmo por hacer en Benamargosa, así que os animo a todas a pasaros cuando podais, da igual vuestra edad o condición física, porque siempre habrá algo que puedas hacer. 

Y os necesitan.

 

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